Como parte de la creación de una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) en el balneario ejidal Las Tazas, en el municipio de Cuautla, un grupo de especialistas se ha dado a la tarea de ir en busca del ajolote Ambystoma altamirani, una especie endémica del estado de Morelos que solía ser vista en las aguas del río Cuautla, pero sus rastros se perdieron hace varios años, según expuso el titular de la Dirección de Uso y Manejo Sustentable de la Comisión Estatal de Biodiversidad (Coesbio), Enrique Anzures Carrillo.
“Vamos a ver si lo podemos localizar. Ese ajolote es nativo de aquí, nos dicen que había en las barrancas, que mucha gente lo confundía con un renacuajo, pero no, era este ajolote”, explica Anzures Carrillo.
De acuerdo con Naturalista, conocido como “ajolote arroyero de la sierra de Las Cruces”, este anfibio se caracteriza por el color sepia oscuro, salpicado de puntos negros en la regiones superiores del cuerpo (que presentan los que han realizado la metamorfosis). En cambio, aquellos que aún conservan las branquias presentan una coloración moreno pálida con manchas negras. Se trata de una especie nativa de México cuya preservación está en riesgo.
“Aproximadamente el 30% de la totalidad del hábitat disponible para A. altamirani presenta modificaciones importantes que pueden evitar que esta salamandra encuentre condiciones adecuadas para su desarrollo”, dice Naturalista, plataforma especializada en la observación y preservación de especies.
Para Anzures Carrillo, dar con el paradero de este ajolote sería un hecho histórico para Cuautla y la región oriente del estado.
“Si lo encontramos, será una gran noticia… tal vez hay gente que lo ha visto, así que será una labor colectiva”, dijo.
El funcionario estatal añadió que en el estado se han levantado reportes de avistamientos del ajolote en otros municipios, principalmente en el norte de la entidad como: Huitzilac, Cuernavaca y Tepoztlán.
Además de la recuperación y preservación del Ambystoma altamirani, la UMA de Las Tazas aspira a ser un santuario para la preservación de otras especies endémicas, como la carpita morelense, el acocil y la tortuga casquito, cuyos últimos ejemplares son cuidados en la UMA del parque Emiliano Zapata Salazar, en la colonia del mismo nombre.
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